En dulces movimientos,
Tu cuerpo y el mío,
Se enlazan eternamente
Buscando el placer en el destino.
Armoniosas son las formas
De tu cuerpo y el mío,
Y en las noches estrelladas
Damos juntos un suspiro.
Gélidas horas he pasado
En tu presencia,
Marchitando los años
Que hemos tenido decencia.
Tu piel recorre la mía
Como en el calendario los días,
Sabiendo que no es amor
Ni es pasión
Solo una vanidad del corazón.