Escucho tu voz lejana y dormida
como el viento que se va de ida
la rosa que a perdido la vida
un cuerpo con alma perdida.
La noche se cubre de inocencia
un niño herido pidiendo clemencia
un padre que espera sentencia
por la madre que muere en una pendencia.
LLóra el gorríon en el huerto
las aves quedan cabeza gacha y en silencio
viste de negro el viejo Prudencio
llorando a su niña que se le a muerto.
El niño se toma del brazo de su abuelo
es largo el caminar al cementerio
rogando a Dios por un consuelo
por el año que estarán juntos y de duelo.