Te regalo esta sinfonía.
cada nota, de forma sílaba
y que hilvanada con mimo,
poesía,
emana como eco
cuando ardía.
Es música, ¿no la oyes?
Fluye de mí con ritmo
y confía,
eres tú quien la compone
mientras me recorres
con ansía.
¿La escuchas ahora?
Sigue sonando
en rebeldía,
necesita de tus latidos
para alimentar su delicada vida.
Así que, para
entre lo sublime seguir,
sobre mi cuerpo
has de esculpir
caricias con
notas en sí.
Te regalo esta sinfonía,
orquéstala,
poseeme con maestría.