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La mitad de mi cuerpo estuvo en Marrakech
matando palomas mientras los demás miraban.
Les tiraba piedras del color del pan desde mi hueco,
y de pobres morían hambrientas.
Yo valgo menos que una paloma;
hace dos días que no como, pero no podré consumir migajas
porque sé que ocultan la muerte.
2
Su difraz blanco
celebrado entre sueños,
pude tocarlo, buscar su historia en él,
inventándolo,
pero el tercer día
el sol en silencio fue una forma del amor.
3
Con él viajé hasta la cercanías de las dunas.
Llegamos hasta un hamman (hamman = baño turco)
donde la lluvia y el calor nos hizo amigables,
uno junto al otro,
como antorchas que pelearan entre sí.
El deseo llevó su boca a mi boca.
4
No sólo lo que amamos es lo que perdemos:
el pájaro cóncavo de nuestros sueños
vuela
y dibuja una estampa desconocida
en el cielo.
GuillermoO
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