Cierro los ojos y puedo verte parado frente a mí
puedo sentir como tu respiración agitada se hace eco en esta inmensa y vacía habitación,
mientras puedo sentir como cada milímetro de mi cuerpo empieza a responder ante tu presencia.
Puedo jurar que disfrutas verme así, tan expuesta ante ti,
tan vulnerable ante lo que tus manos harán sobre mí,
la manera en la que tus labios degustaran el sabor de mi piel mojada
ante la exitación de sentirte entrar y salir salvajemente de mis a dentros.
Deja de lado todo aquello que te prohíbe tenerme como deseas, como me sueñas
sé que mentirías si dijeras que mis palabras no te provocan,
que mis deseos de tenerte entre mis piernas moviéndote como un loco animal, no te llama.
Ya puedo cerrar los ojos y sentir como tus manos erizan mi piel,
como mi punto más sensible se contrae y se moja ante tán tortuoso contacto.
Puedo notar como mis piernas van perdiendo estabilidad y quieren caerse ante ti,
quieren inclinarse ante el dueño de mis más desgarradores gemidos.
Ven, tómame y hazme tuya como nunca jamás se lo has hecho a ninguna otra mujer,
bésame como nunca tus labios han besado,
tócame de manera tal que aún cuando tus manos no me recorran
mi vágina se contraiga y se inunde ante las miles de sensaciones revividas una y otra vez en mi piel.
Tóma mi cuerpo y borra cualquier rastro de otras manos, de otras bocas,
borra cualquier otra sensación que no sea la tuya hendiéndote en mí, desgarrándome por completo.
Sé qué me deseas así como yo te deseo a tí,
¿Para qué fingir? ¿Para qué hacer de cuentas que todo de mí no te interesa?
si puedo jurar como se te hace agua la boca por sentirme piel a piel,
como tu cuerpo se humedece cada vez que me sueñas moviéndome cual loba en celos en sima de tí.
¿Para qué mostrarte frío y duro ante quién sabe tener todas y cada una de tus noches mojadas?
¿Para qué hacerte el indiferente ante mí?
si puedo jurar que cuando te encuentras sólo,
mientras te tocas me puedes sentir.