Quisiera ser un pedacito del tiempo,
y casi convertido en un breve segundo,
me envolvería de tu corazón tan puro,
para confundirme entre los latidos, de tu frágil pecho.
Quisiera ser parte del aire que tú respiras,
y volverme en el aliento que te da abrigo tibio,
para así estar de ti, yo muy pendiente,
como si fuera tu ángel y también tu amigo.
Sería parte de la tierra que tú marcas en el camino,
y fuera contento, la siembra que tu amor trae consigo,
para esperar muy pronto en la primavera,
el dulce retoño, de tu flor, en amor convertido.
Me gustaría ser,
La fuente del agua en que reposas tu virginal cuerpo,
y ser tu amante mientras tú me das abrigo,
y ser el pasto en que reposas, tu cabello henchido,
y ser el fresco aroma -de clavel- en tu amor dormido.
Quisiera ser los labios que de la flor, arranca un beso,
y del ruiseñor el trino,
que se enamora, al verte en su nido,
y ser el susurro del amable río,
donde mañana, sé que volverás... para estar conmigo.