Silencio en derredor, solamente el sonido de los monitores
Y el acompasado movimiento del respirador mecánico
Osan romper la solemnidad del momento
De esta lucha por intentar cambiar la suerte
De este cuerpo que, inerte, se entrega a voluntad
A las hábiles manos de éste, que se hace llamar cirujano
Y que juega a ser Dios, tratando de burlar a la muerte.
Silencio! La dama de la guadaña está rondando.
Un mal paso, un mal movimiento, y todo estará perdido.
En esta lucha solamente se aceptan a valientes
No hay lugar para dudas o vacilaciones
Que el enemigo jurado es letal e inclemente.
Pero quizo Dios, que sea más hábil el cirujano.
Al final nadie sabe a ciencia cierta lo que ha pasado.
Solamente queda en ti la satisfacción por haberlo logrado.
Incluso en las derrotas, dolorosas para todos,
Sabes que pusiste todo de ti, y que
Hiciste incluso lo sobre humano.
Por qué sigues en el quirófano, cirujano?
No me lo preguntes más, pues incluso yo
No entiendo muy bien por qué
Me gusta hacer, lo que hago....