“¡Que majeza escribirle con crayolas a los poetas!”
Que guevonada tan maja
poder escribirle a los poetas
con muy variadas crayolas
sin que medien las pesetas
que en su excepcional labor
ya se asemejan a cometas
soñando con mil y un utopías
en libertad son como atletas
corriendo la justa por la vida
autónomos, no marionetas
con muy sobrada humildad
no como en el agua, la galleta
con sus loas a la creación
lucen sus letras muy coquetas
y en su rol de aedos rapsodas
confunden al vate con profeta;
son ellos los comunicadores
muy diligentes en estafeta
expuestos a la reprobación
con una que otra morisqueta,
por parte de sesudos críticos
que nada tienen de anacoretas,
pero sus críticas son tan agudas
punzantes, mordaces y pizpiretas,
empero, curioso que a ninguno
en todo el orbe o el planeta
se le haya erigido monumento
o estatua alguna en plazoleta,
les aclaro que no me refiero
a las mil estatuas de poetas
que bien merecidas las hay,
sino a los críticos cuchufletas
a los que he de obsequiarles
con mi música de pandereta
y les pinto un merecida paloma
con color viril en su silueta...
Por Hermes Varillas Labrador
1624 29/07/2017