Nieto sonriente y querido,
mi bello Isaac Andrés
dulce, tierno como te das a querer
con tus ojitos titilantes, alumbras todo mi ser.
Has venido a este mundo, fuerte y valiente
y ya demuestras temple… solo deseas correr
eres un bello milagro, sabor a miel
endulzando nuestras vida
uniéndote a nuestras almas
formando un solo ser.
Mi vida ahora es más grata con tu presencia
¡oh, nieto mío! dulce Amor
contigo y mis dos nietas… abrazados y unidos
nos tragaremos al mundo
llenos de dichas y placer.
Dios te bendiga… nieto querido
sueña feliz cada noche… y en un nuevo amanecer
veremos las aves felices… cantando
por ti mi pequeño Isaac Andrés.
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