Me he convertido en el refugio de la noche,
Y de la luna, cuando resplandeces bajo sus alas nocturnas,
Me he convertido en las prosas que no te he cantado,
Y en el papel, donde tú nombre he dibujado;
Me he convertido en la tinta con que te escribo,
Y en el terciopelo de una hoja hecha de rosas,
Para hablarte de mi amor que duerme en el olvido,
Y acariciar tus palmas, cuando abras mi carta ansiosa.
Quisiera tener la facilidad de ser el viento,
Y ser grácil como la lluvia,
Para acercarme a ti y acariciar tú pelo,
Y darte un beso, muy tierno en cada mejilla.
Quisiera y aún no lo comprendo,
Como amarte de lejos cuando te veo,
O acompañar tu silueta mientras me alejo,
O como ser una sombra, que a tu lado es deseo;
Quisiera hablarte de amor, entre el susurro de tus cabellos,
Y acariciar el suelo donde has dejado huella,
Quisiera ser y aún no lo comprendo,
Como puedo amarte tanto, si acaso yo no te tengo;
Me he convertido en la lágrima de tus mejillas,
Y en la sonrisa de tus labios color de rosa,
En el perfume de tu piel desnuda,
Y en la tibieza de tu amor que es un rezo;
Me he convertido en parte de ti... y no lo comprendo,
Como puedo aún vivir... si a mi lado, yo no te tengo.