Todos los días me regalaban sus sueños
Los soñadores eran pocos y siempre los mismos
Yo era protagonista incrédulo de esos oníricos guiones.
Soñar, soñar mis propios sueños. Soñar.
Pero ellos eran sabios, y sabían Soñar.
Soñar, soñar mis propios sueños. Soñar.
Ellos eran los dueños de todos los sueños.
Soñar, soñar mis propios sueños. Soñar.
Se les ocurrió que yo eligiera el Soñador de Turno.
Esto sí era justo, moderno, civilizado, responsable y honrado.
Así yo era un protagonista empoderado y respetado.
Soñar, soñar mis propios sueños. Soñar
Cansados de mis protestas decidieron despertar.
Pablo Mistral