Le vi venir,
una luz asomaba por sus pupilas
como un incendio
amenazando al universo
danzaba su cuerpo
en un despliegue de energía
como si un tifón
azotara sus entrañas
con la urgencia de escapar
a través de un costillar,
que a su vez
amenazaba destrozar
un continente de pulgas,
garrapatas y vaya saber que otro bicho
Donde debían haber
cuatro puntos cardinales
solo tres sostenían
ese inmenso universo
a punto de explosión
y un rabo sarnoso,
como todo él,
y mugriento
buscaba asidero en las nubes
que se detenían a contemplarle
Le vi,
le contemplé…
le odié
porque yo con dos manos,
y dos pies
no podía sostener
el peso de mis necesidades,
mis temores,
mis disconformidades,
mis expectativas,
mis depresiones,
mis ansiedades,
y él…
con solo tres extremidades
sostenía el universo
para que no escapara
desde sus costillas
y aún le alcanzaba
para provocarme envidia
y le odié tanto
que con una patada
le reacomodé
sus desnutridos huesos
y le sacudí unas cuantas pulgas y garrapatas;
Hizo dos que tres piruetas en el suelo
y lanzando al viento esa hélice
que por rabo tenía prendida
corrió por donde venía
llevándose consigo
mi furia,
mi frustración,
mi vista, como otra garrapata al su silueta prendida
mi admiración