Cuán agobiante es la vida,
Llena de espinos y abrojos;
Senda llena de despojos:
Yerma selva sin salida;
Ilusión descolorida,
Solo, me encuentro de hinojos,
Piel disecada y sin ojos,
Con voz, que nunca es oída;
Alma en pena y agonía,
Corazón roto y marchito,
Lleno de melancolía,
Desesperado y contrito,
Con desgarrada alegría
Por este sino maldito…