No hagas caso cuando digo
que me estoy yendo a trabajar
si te acercas y me bebes el café
y en un beso más, me lo das…
y la corbata desaparece volando
y mi lengua nombra las citas que tengo
mientras se enreda en la tuya, concupiscente, en tu aliento
Ni me hagas caso…
Si te hablo de cuentas y trabajo
mientras mis manos van dibujando
las filigaranas náufragas de saliva en tu piel
y mis labios dejan sabor de café en tu pecho
mientras tus piernas serpientes, me arrugan la camisa
Son mil mentiras…
Porque yo te digo que me voy…
y tú me preguntas haciendo puchero
si por lo menos puedo darte otro beso
y yo te pongo mil pretextos, pero al final acepto
y todo empieza de nuevo,
y se repiten las mentiras y pretextos entre beso y beso…
y la corbata, y la camisa, y la cordura, no las encuentro.