Separé las gotas de lluvia
cual visillo; te buscaba.
Calor del rico cariño,
con sorpresa: te encontré.
Amarré mis deseos
con todo tipo de nudos;
llanos y de cirujano,
no soltaban, lo comprobé.
Nudos deshaciéndose
al sentir tu piel
cercana a la mia;
perdian su apriete
al tu cariño poseerme,
al invadirme tu aliento.
Lo propio marchó lejos,
se difuminó distante,
mostrando la simpleza
y la enorme grandeza;
la faz de lo nuestro.
Eres el pedazo
que me completa,
ese necesario
que me faltaba.
Eres grano de arroz
llenando mi alacena,
servido atento,
sobre limpia mesa.
Eres leña,
un abrigo,
las chispas,
o unas brasas,
ágiles y esplicitas.
Eres dinámica,
tú moldeas,
unes lineas
y esferas,
reconfortas
y alivias.
Eres...
cuna dando descanso
al corazón agotado.
Cerilla encendida
entre oscuridades;
eres vitalidad.
Eres...
la ternura comprensiva,
la fuerte mano que ayuda;
eres, la mitad del resto,
completa, tan solo en una.
Eres desierto,
eres bosque,
eres oveja,
eres pastor.
Eres la piedra consistente,
eres polvo,
eres lluvia,
eres un rayo de vida
inundando de caricias
a la persona compungida.
Dos estrellas se miraron
y una de ellas lanzo un beso,
la otra lo atrapo cantando...
sueños al viento, a la luna,
al sol y a olvidados recuerdos.
Eres oasis,
eres mar,
eres pez,
eres pescador.
Eres un cielo plateado,
la nube sin tormenta,
la playa,
la palmera,
la brisa,
eres esa paz inmensa.
Dos delfines conversan,
sobre la suerte de surcar,
hay mañanas y tardes
que a ti te encuentro,
sin tenerte, ni que buscar.
Y eres puro amor,
por donde pasas,
caen desechas
las luchas,
los intereses;
al comprender que...
tu eres algo más,
de lo que se oye,
se toca, o se ve.
Abrazo a tu lado energías renovadas,
limpias, sin lápidas ni fronteras.
Mordisqueo poco a poco a la vida
anulando simbolos e interrogantes,
al ver en una rama a la humildad,
en el grato hogar de la franqueza.