El día amaneció radiante
vamos hoy a disfrutar
pronto termina el verano
a las aulas regresar.
Entre sueños y sonrisas
almas limpias cual cristal
recorrían paso a paso
la tan preciosa ciudad.
Por el paseo la brisa
que escapa desde la mar,
los ojos llenos de encanto
la tarde subiendo está.
A pleno sol oscurece
el odio en la rambla esta
viene sediento obsesivo
a descargar su maldad.
Se ha detenido la brisa
la muerte es velocidad
que golpea impunemente
sin distinción, de la edad.
Es inmenso torbellino
que barre a su paso, y más
tras el loco fanatismo
queda segado el rosal.
Los ojos del mundo observan
en triste incredulidad
brutalidad, pena y muerte
¿Quién puede justificar?
Mas el dolor no doblega
el amor, la libertad,
de la sangre derramada
justicia renacerá.