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Delirios de Narciso

Influencias de Bukowski
delirantes sombras de Pizarnik
e imágenes sublimes de Miller
me arrojan al infierno del mundo,
a repudiar a la bendita sociedad,
besar mujeres, absorberlas,
olvidarlas.

Me reclaman las sinfonías orgásmicas
de las noches de derrame sexual
cuando eyaculo sobre la espalda de mi amada
sin esperar el crepúsculo ni el alba.
Sólo eyacular.  

Ínfimo infierno donde hábito,
vivo desmembrando mujeres,
violando mentes, culturizando con la filosofía
de la muerte.

Arrojo anillos de humo
después de aspirar mí porro,
después de besar al mundo
y olvidar su rostro.

Narcisismo total en las poesías que consumo,
sí me siento poeta, pero sólo soy un cazador
de versos finitos que tienen psicoanálisis terminal.

Cada letra de mí alma se posa en el sexo de mí Reyna,
como buen peón la olvidó sin rencor.
Estrategias amorosas vienen del cielo,
pero no hay paraíso en mí tintero,
tal vez lo construyo con orgasmos y gemidos,
como buen intento de poeta,
me pierdo en el laberinto femenino.

Sí acostumbro a morir en cada coito.

No niego que mis maestros me convertirían en manco,
para no escribir ni un vocablo más, ni un poema más.  
Me arrancarían mí corazón
por amar a todas mis féminas, por quererlas
y fingir que las olvido, que las dejo en la vera
del orgasmo fingido.