La tarde va camino al cementerio
envuelta en pálidas luces,
crece desmedida mi fatigada sombra,
y lentamente se confunde con la noche.
La tarde, se desangra gota a gota
al compás del silencio y del tictac del reloj,
trota persiguiendo a mi destino fugitivo ,
y en su peregrinar reviven mis añoranzas dormidas.
Las tardes nostálgicas son el eco
de un sollozo que emerge de mi alma,
por eso las amo, las temo y las espero
presagio que un día partiré con una de ellas.
¡Ay las tardes! Esas tardes lluviosas en los andes
frías, pintadas de neblina y arcoíris,
o las arreboladas , que acarician las olas
con el postrero vuelo de una gaviota .
¿Cuál será la mía? Aún no llega,
tal vez vendrá cual fiera para hundir sus garras,
y este maltrecho cuerpo quede yerto,
supongo, se oirá algún adiós y un “Padre Nuestro”.
José Eugenio Sánchez Bacilio (JESBAC) Perú