No sé si son los años,
no sé si son las penas,
pero me siento al pairo
de vientos y mareas,
fugaz. desarbolado
en medio de la niebla.
En vano busco el cielo,
en vano las estrellas
y retomar el rumbo
en esta noche negra,
en esta noche triste
que el alma me congela.
Las olas me sacuden,
el viento me atormenta
y el hielo va cerrando
sus garras cenicientas
atenazando el casco,
rompiendo las cuadernas.
El mástil cruje y tumba
como un péndulo loco,
las velas desgarradas
desvisten sus despojos,
solo me queda el puerto
de tu regazo tibio,
el delta de tus muslos
la playa de tu sexo
donde buscar refugio,
donde encallar mi barco
y desguazar mis velas
al filo de tus labios