Te mentí y a mi también, te mentí pues jamás te amé pero en mi defensa yo inocente no lo sabía, ilusa como una niña creí que era amor y te lo hice saber como si fuese la única verdad en el mundo cuando no era así.
Yo aún después de ti no se lo que es amar, pero sé, ahora sé que si amas de verdad tus intenciones van a ser buenas, aunque te estén traicionando y como yo te lo hice a ti.
Cada cosa mala que te hice me la devolviste tú con ira pero también con falso amor.
Ahora me duele pensar que por mucho tiempo estuve atrapada en una ilusión y que perdí mi tiempo
tiempo valioso de mi vida lastimándote y por supuesto lastimándome.
Y cada palabra de amor, viejo amigo, fue solo un chiste, o un intento de salvar nuestro tiempo, pudo ser falsa amabilidad, o solo el deseo de un par de niños como nosotros de sentir algo, y no cualquier cosa sino de sentir algo diferente, algo fuerte, algo real.
Más no eran palabras de amor, todo menos eso.
Recuerdo todos esos te amo de cartón y el falso interés que traté de demostrarte
para que tu sintieses algo de falsa felicidad y funcionase así nuestro falso amor.
De solo recordar eso me enfermo porque te ganaste un puesto en donde sea dentro de mi alma no por especial y menos por hermoso, sino por psicópata y chantajista empedernido. Con tu constante juzgar te robaste un pedacito de mi odio. Hoy y para siempre te recordaré, Vicente, como la peor persona que he conocido, es una lástima que creí amarte sobre mi cuando nunca lo hice, no ni siquiera cuando estábamos en el cielo y todo parecía \"perfecto\"
no ni siquiera cuando era tan fácil como besarte, besarte para visitar el paraíso, y después de un tiempo tus besos sabían amargos, como si pudiera saborear la tristeza, era como ácido que se comía mi lo que sea que me hiciera sentir bien en aquel entonces. Eras tóxico y enfermizo
¿Cómo podías tu quejarte, amor, de tantos intentos fallidos y de tantas traiciones? ¿Como podías tú?