Que grato siento en mi alma tu presencia ,
que se une con la paz de mi corazòn .
Me llenas de un brillo en mis ojos ,
como el reflejo del sol despidièndose ,
en la montaña amorosa que lo acaricia ,
y le pide los ùltimos besos del dìa .
Y el sol que es tan amoroso ,
le dice , amada montaña ,
tù eres la razòn de mi caminar .
Y ella abre las copas de sus àrboles ,
y abrazan las tiernas palabras del sol ,
que no la deja de besar .
Me deleito viendo y sintiendo ese amor ,
tan lleno de grandeza , que me hacen
recordar tus bellas sonrisas ,
que no tienen tèrmino en mi corazòn .
Y mi mente hace joyas ,
para colgarlas en el cielo ,
y que siempre me guìen este amor ,
que naciò allà y se ha multiplicado ,
aquì en este fèrtil planeta .
Donde nuestros besos corren como rìos ,
a unirse con la bella madre mar .
Me haces sentir tantas cosas bellas ,
mi querida flor del cielo ,
y allà llego contigo ,
para gozar de tu exquisita compañìa .
Y mis besos interminables ,
contigo quedan impresos ,
y vuelves a sonreìr ,
y yo sigo amàndote .