Bastó una mirada
para que nuestra piel contactara dimensiones etéreas;
allá donde los Dioses abundan.
Bastó una caricia
para hacer que el tiempo no corriera de prisa
juntos crucificamos a la mortandad
construimos un puente eterno
le quitamos a las nubes el monopolio de la altura
y agregamos más notas a la partitura del universo.
¡Estoy más vivo que nunca!