mariano7777

DON JOSE DE SAN MARTIN

Ensimismado en su silencio
No repara el capitàn,
En ventiscas ni nevadas.
No lo emocionan los viejos recuerdos
Ni la evocaciòn de glorias pasadas.
No oye el grito del còndor que lo llama.
No lo exalta el canto sin tiempo
Del alma de la roca...
Que entre picos y quebradas,
Pone luz en lo que besa,
Acariciando esa grandeza,
Con el manto de la nada.
Y aunque el presente ya es gloria,
Mirando hacia delante,
Busca mas historia 
Su alma soñadora.
Algo grande y encendido
En su corazòn se agita...
Y es que en todas sus fibras de patriota,
La liberaciòn de los pueblos de Amèrica palpita;
Y la opresiòn del realista su ansiedad irrita.

Mientras el còndor de Andrade,
Sediento de gloria se excita
Y batiendo las alas, se mueve, saluda y grita...

Juramentados y leales...
Entonando cantos a la patria liberada
Cabalgan tozudos esos jinetes;
Montados en lobunos, overos y gateados.
Golosos de libertad con ese jefe querido van...
Son blancos, negros y mulatos,
Los que disputan gloria a la grandeza.
¡Son las huestes inmortales que al godo doblegaron!

Paso a paso los llevan esos caballitos criollos
Que trepando los Andes...¡al bronce van!
Con el andar, el aliento y el instinto...
Sì...¡asì!...como lo cantó Roldàn.

Y cuando en la inmensidad que agobia,
Se derrama el silencio en esa regiòn,
Un grito es para aquellos hombres religiòn;
Si ese grito es...¡victoria o muerte!...del Libertador.