Quisiera no saber imaginario
el mundo que imagina mi cabeza;
cerrar mis ojos, pensando en solidario,
y abrirlos, comprobando que es certeza.
Mi ensueño no es de un mundo fabuloso,
tampoco es una idílica quimera:
quisiera yo, en un mundo generoso,
la verde sempiterna primavera.
La Paz rigiendo nobles corazones,
los pueblos sin tiranos dictadores.
En buenas y loables intenciones
se uniera el hombre, en vivas y clamores.
Propongo un corazón de amor sincero:
¡hermanos, todos uno, es lo que quiero!
Deogracias González