Cuando voy cerrando tu carta
y pulso para enviar
Cuando me digo,” porque estamos tan distantes,
si tan cercanos queremos estar?”
Cuando aun escrito mil abrazos, no hacen la suma,
De este único anidado
Entre tantos suspiros, maduro se escapa de mi resguardo
e inunda todo mi palacio.
Me sostiene el dintel de los aposentos
y me abraza el Aller de tu recuerdo
y en el pacillo o en las calles, germina la nostalgia de tantos “te quiero”,
que en mi voz primera te escriben un verso
que es la flor para tu llegada,
y manzana por derecho a todo nunca jamás nada.
porque mi regalo es la bendita osadía de acariciarte
el alma con sosiego,
Y que en tus ojos brote la luz de la calma, la fe y el sueño.
Porque la fortuna de escucharte transparente
es la dicha de que aun presentes aquí estemos diligentes
Alegres con nuestros encuentros
que tiene mil forma y mil pretextos
Devenidos incluso en los sueños,
en cartas e instantes detenidos recordando nuestros gestos
y como una canción en la penumbra de la madrugada
Suena onda tu palabra,
y mis ojos se humedecen,
y mis manos hacen esmero,
de sostener la húmedad y cerrar el verso.