Las hojas cayeron lentamente
con una brisa intermitente
los edificios se derrumbaron
las luces y los colores se despintaron
Y un suspiro resbaló inesperadamente
con osadía retumbaba permanentemente
se aclaro el cielo y mis ojos oscurecieron
con el tapiz de la soledad amanecieron
Los vientos soplaron sin aire
en mi piel apagada y sin desaire
el incienso penetró con su filo
con el corazón pendiendo de un hilo
El río sonó sin traer agua
y sentí el ardor de una fragua
que se expandió sin calma
que me dejo solo y sin alma...