Madre,
si abro es porque no pienso en la mugre que entra
si crezco es porque el alma se aleja
si bebo es porque la sed ha vaciado mi cabeza
mientras el sol pierde toda responsabilidad
y el rayo deja de guardar la claridad
en el cuarto que la luz no tiene permiso para entrar
la caridad de mi calma por dejarme escuchar
el ruido de los mares que de colores no saben hablar
porque todo se ha hecho sal para probar
del amargo calor al nadar sin temor
por sentir el eucalipto del aire
al recordarte dulce sobre la azucena violenta
de la raíz que propició tu sombra por no poderte partir.
Recuerdo desprenderse del cuero tu viento
del tiempo un aliento
del suelo mi cuerpo
marcado por otra vez la misma historia
que contar no me dejó sin gloria.
Lo bueno del sol es que no ahorca el cuello
ni arranca el pelo de tu sexo,
lo lleno de la luna
es que me devuelve la ayuda
a veces en forma de lluvia
por tapar el silencio de hogares mintiendo en pleno hueco
de los tipos de miedo
que creyeron la espalda del reflejo
que el mar resguarda en el encuentro.
Madre, te he visto luchar más que la crueldad
y nadie se ha querido parar
porque han temido la verdad
de la tierra que no se puede ganar.
Lo que ha dejado el niño de sus manos,
la voz que no repite los lechos del silencio
donde han dejado nuestros muertos
para que hablar sea cosa de no escuchar.
Es importante hablar del niño,
ha crecido por ríos
y su nombre ha desaparecido
por nunca saber decirlo y andar bien vestido.
Lo he perdido,
hube ganado un respiro
han cambiado los viejos conceptos de abrigo
y quise ser yo quien trajera tanto ruido
al último piso del edificio
donde trabajan las almas que no descansan
ni sangran el flujo de sus venas
que como yo han de ser piel y testigos
aunque les duela saberse sin guerra
de cuerpo fiel al parto que los dejó nacer.
Serán mis enemigos los vencidos,
que a veces es mejor elegir camino
para no darse por perdido.
No dejen que el niño crezca su color
piense toda su razón
deba ser un receptor
de la vida que dejó
por mandato de la represión.
Habremos perdido el fulgor
por hacer de la sombra
una mala educación.