Abraham Emilio

El perro (Sonetillo)

Trajeron al nuevo can
era un peluche marrón,
era un chocolate, y son
huellas que no volverán.

Todo el cariño le dan,
la bañera al chapuzón,
muerde gatos sin razón
lo pasean con afán.

Con años fue diferente
el cánido de repente
cambió, quererlo fue incierto.

Una tarde, dormitando
enfermó, el dueño llorando.
¡Ay!... ¡¡Su can había muerto!!​