Ciudad perlada
cuna de inmigrantes,
te forjaron esbelta
a pico y pala.
Estás protegida
por un observador bravío
que avista el valle
donde te han erigido.
Ahora eres otra,
luces imponente
con tus plantas frutales
y el río al frente.
Cada vez que te evoco
mi tierra querida
se renueva en mi pecho el orgullo
de ser de esta tierra argentina.