Elena Nikkinen

Mares

Mil océanos nos separan

como si el viento nos alejara

uno tras otro, aguardando,

a al fin poder reencontrarnos.

 

Tan lejos pero a la vez tan cerca.

Apresúrate, que el barco del amor nos deja,

por el miedo a caer no he subido,

pero tú continúa la travesía.

 

Solamente prométeme, que al llegar al destino,

me aguardaras a mi y a mi llegada,

mil océanos nos podrán separar,

más mi amor no se extinguirá.

 

Luego llegó un pequeño navío,

puede que no sea el correcto,

y que sea el camino con más peligros

pero tu vales el intento de tal recorrido.

 

El viento no está de mi lado,

solo me sigue llevando al lado contrario,

seguro intenta alejarme de mi rumbo,

mi rumbo, mi destino, hacia tí.

 

Yo espero con el corazón abierto,

en el mar de los mis peligros,

Tú allá ebrio con otras doncellas,

en el muelle bien tranquilo.

 

Pero cuando llego, me invade la decepción,

Tu no aguardaste por mí, intentabas abandonarme,

ni tampoco fue mi error el perder nuestro barco,

Pero yo tan tonta, no me dí cuenta.

 

Un mar nos separaba, 

ya sea antes de zarpar,

o en el trayecto previo llegar,

Tu corazón estaba en una punta,

y yo corría detrás,

pensando que me esperabas

lejos nada más,

pero tu corrías de mí,

con todas tus fuerzas, además.

 

Sé libre querido mío,

mi amor no te atormentará,

más no vuelvas a mis brazos,

que ya no estaré más....

 

ELENA HAKKINEN