En la calma de las flores,
en el deshojar de una flor aterciopelada,
me encontrarás.
En el duermevela de una estrella,
en la tarde y su cálido crepúsculo,
allí me encontrarás.
En el sollozo hondo de una niña,
en la fragilidad de una gota de esfuerzo,
allí también me encontrarás.
En los brazos rebosantes de amor,
en la rosa de la vida impregnada de ternura y fragancia,
me encontrarás.
En el pose de una mirada sincera,
en los surcos de mi piel labrados de paciencia,
allí me encontrarás.
En la belleza del rocío escarchado
que inunda las mañanas de invierno
en el balance de los días de paz y tranquilidad,
allí también me encontrarás.
En las pistas forestales
recorriendo el bosque
oliéndo a resina y aire puro,
ahí sí me encontrarás.
Me encontrarás
en la corriente rumorosa de aguas limpias
impregnadas de frescura,
donde suspiran los nenúfares despaciosos
exibiéndo su delicada belleza.
Donde las luciérganas desplégan
sus destellos de luz a media noche
iluminándo la senda de mi vida.
Allí también.
En la palabra escrita
sincera y con alma,
allí también me encontrarás...
Correjido 22-8-2017