Miramos a la izquierda
miramos a la derecha
y siempre...tal vez porque no podamos, o tal vez porque nos aterroriza la idea del otro.
Siempre siempre terminamos mirando para adentro, encontrando solamente un corazón hipócrita.
¡Hipócritas ustedes!
¡Hipócrita yo!
Todos y todas jugando el juego de los intereses
El juego del silencio
De las palabras vacías
De las palabras fingidas
De las palabras mil veces repetidas
Del que me conviene de vos y del que no
Hipócrita yo
Que me resisto a jugar con vos,
con vos
o con vos
Me resisto a lo conveniente de sentirme bien o mal
Y dejo mi corazón al descubierto
Para que lo pruebes
mastiques
digieras o regurgites
Hipócrita la falsa liberación sexual
el abismo entre dos tan tan cerca
Hipócrita nuestros escudos de dolor
que nos hacen invulnerables a poder estar bien desde adentro
Hipócrita la bandera del amor propio que muchos y muchas llevan
Es también hermoso odiar o amar tanto tus demonios,
verte al espejo
querer clavar y arrastrar las puntas de cualquier tenedor de tu cocina sobre todo tu rostro
Eso también está bien
Y si no está bien, no importa
porque eso también somos.
Hipócrita tu falsa amistad de intereses ocultos u obvios
Intereses desesperados y egoístas
Hipócrita mi falsa amistad que busca cambiarlos.