Julio A. Rocha

EL ALBAÑIL

Era invierno, y afuera hacía un frio que congelaría el agua si la dejabas un rato en la vereda, la mejor opción era quedarse en cama, yo tenía que rendir un examen y no había tenido tiempo de estudiar, pero el hambre puede más, así que me vestí, me abrigue lo máximo que pude y salí a ese trabajo en donde gano 1500 a la semana, antes me explotaban solo en las vacaciones, pero con el cambio de gobierno tuve que empezar a dejar materias en la Facultad y hacer ambas cosas.

Trabajar estudiar, estudiar y trabajar, no era algo para lo que estaba hecho, admiro mucho a la gente que lo hace sin quejarse, yo cada tanto puteaba cuando me golpeaba, o rogaba que no me llamasen para empezar otra obra.
Dentro de todo tenía un buen jefe, (tuve otros que verdaderamente eran unos hijos de puta, incluso uno me sigue debiendo plata, si lees esto, sos una rata miserable).

Don Gutiérrez siempre me aconsejaba, que estudiase, me decía,  siempre me enseñaba algo nuevo sobre el oficio.
El último trabajo que tuvimos juntos vaya que fue pesado, teníamos que despertarnos a las 6 para un viaje de dos horas hacia la casa de una señora que vivía junto a sus hijas, quería que le arreglemos el desastre que dejaron otros albañiles; en tres semanas, antes de navidad, así que empezamos.

Primero estábamos mí jefe y yo, luego se sumo un chico llamado Josué, quien resultó ser hermano de una de mis ex, (trabajando con el ex cuñado ¿Que divertido no?) le metimos a toda velocidad a la obra, siempre era hasta las 12:00, luego nos quedábamos a comer en un barcito que quedaba por ahí cerca, donde al parecer te mezquinaban la comida, aun cuando pagábamos por ella.
Volvíamos a trabajar a las 1 de la tarde y de ahí hasta las 8 de la noche, llegaba a casa solo a dormir, así durante dos semanas.
Cuando faltaba poco para terminar, Don Gutiérrez se cae de espalda, no se fracturó nada, pero el golpe había sido bastante duro, el médico dijo que no trabajase, así que nos quedamos con Josué a terminar; faltaba muy poco, no sé cómo pero me lastime la mano estaba sangrando demasiado, si no fuera por mi ahora amigo y ex cuñado no me hubiese dado cuenta no sentí  golpe alguno ni nada, me fui. A la semana me llama don Gutiérrez, dijo que Josué no terminó el trabajo y que la señora nos corrió, me pidió si podía acompañarlo a retirar las herramientas y buscar lo que faltaba de plata.

 Al llegar, vi una cara de culo impresionante de la señora y sus hijas esas caras ganarían un concurso. Le explicamos la situación a la dueña de casa, pero no quiso entender, no nos dejo llevarnos las escaleras ni algunas herramientas, según ella era por no haber terminado, se las dejamos, cuando nos fuimos tampoco quiso pagarle el dinero a mi jefe. Quedo debiéndole unos $ 40.000, resulta que el sobrino de la señora  era albañil y según el nosotros estábamos cobrando muy caro, que el por mucho menos terminaba la obra. Un tipo basura indudablemente quería cobrarle $ 20.000 a su tía por el poco de pared que nosotros no llegamos a terminar. La mierda esa tampoco terminó.
Volví a la facultad a tratar de recuperar las materias que había dejado. Tiempo después me cruce a Don Gutiérrez me contó que le había hecho un juicio a la señora y le ganó. La Vieja tuvo que pagar el doble de dinero.  Le cobre los 1.000 pesos que me quedo debiendo, me dijo que cuando necesitara trabajo que le hablase, bueno no hay problema fue mi respuesta y me fui contento.

Ya tenía para sobreviví otra semana.