Veneno infernal que transita por mis venas,
eco punzante que invade mi epidermis,
daga maligna que atrofia mi cavidad izquierda,
elixir sepulcral de cada una de mis niñas,
invade mis sentidos,
atrofia mi nobleza.
El canto del Ruiseñor alimenta mi desesperanza,
el paso del caminante solo da sed a mi rabia,
la almohada aviva el caos del cuento que he creado,
mi indócil balada te está asustando,
a otro compás te has ido a bailar,
me lo dice mi diario, me lo dicen tus huellas.
Bandido ingrato el que ahora me acompaña,
bandido cobarde que no apetece soltarme,
inservible resultan todas mis excusas
ante los aullidos de miedo
por la balanza en que te he puesto,
me carcome la duda, me sudan las manos.
Estás en punto de irte,
el tic-tac de mi euforia acelera tu partida,
el vapor de mis lagrimas alcanza a quemarte,
no logro detenerte, solo empujarte,
tal vez si cierro las persianas
y dejó que tu rostro sincero me alcance,
puedas quedarte, despertarme de este sueño.
LoreCruz
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2017