Alexandra L

Ingenuidad

 

 

Alguna vez vistió de ingenuidad un sueño
en desigual pasión ardió cual cirio
presa de la ceguera y el delirio
de un amor sin igual se sintió dueño.

Más que pobre ilusión, sueño pequeño
creyó piedras preciosas siendo vidrio
una pesada cruz, crudo martirio
tatuando para siempre duro ceño.

Llega y se va el amor, eterno viaje,
indefensos nos deja frente al mundo
destruyendo lo bello del paisaje.

Se cambia el escenario en un segundo
el corazón alista su equipaje
y se declara huraño vagabundo.