Es que mi vida, y cuando digo vida hablo de ti.
Porque está llena de ti, como el día de sol, como noche de luna,
Como luna llena, llena de ti estoy yo.
Mis oídos se ensanchan al escuchar tu nombre, mi boca aunque inundada de tu néctar siente sed,
mis ojos pequeños y dormidos arropando tu cuerpo desnudo brillan saltones,
mis manos ya cansadas podrían por memoria reanimarse con un recorrido de tu piel.
Si por alguna razón mi corazón dejara de latir, solo necesitaría un recuerdo de tus besos sobre mis montañas,
y ¡taquicardia! El corazón del pecho se querría salir.
A veces me desvío, hasta desvarío.
Me desvío por tu cuerpo, creo nuevos caminos esos que no han sido besados por otros,
me voy por las pestañas, por los filos,
causo derrumbes, desórdenes, temblores y suplicas
Luego desvarío ya con los fluidos que emana tu cuerpo, con el andén de tus caderas, con tu olor, tu tacto
y casi que el llanto que me hace cesar.
Tanto amor me recorre el cuerpo cada vez que te miro, tanto miedo me revuelca el alma al pensar que te pierdo,
el pecho se me hace fuego, el alma se me va en aire.
Sin ti me perdería, en mil me rompería, morir sin morir, ¿Quién podría encontrarme sino tú?, levantarme, sacarme de entre sollozos, cocerme el alma, llenarme el cuerpo de ganas, y podre ser, porque solo soy si soy de ti, dame un beso y tráeme a la vida.
Es que mi vida, y cuando digo vida hablo de ti.