Deja que muera la flor,
y deja que llegue el invierno,
que cubra de blanca
soledad el jardín
y marchite de frío su gracia.
Deja que muera la flor,
que su polvo se esparza
hacia otros jardines,
siempre conservarás la
tierra en que floreció.
Deja que muera la flor,
ya vendrán más primaveras,
rayos de sol amarillos con negro
las traerán cantando al alar,
y en su sonar nacerá otra flor.