Cuánto encanto fascinante
concurre sin darnos cuenta
en la vida cotidiana.
Cuánto desastre, Dios mío,
también sin que venga a cuento
en la vida de cada día.
Cómo crecen las plantas
con sólo un poco de agua.
Cómo cambian las estaciones
en ciclos de calor y frío.
Cómo se abanica la abuela
en el dintel de la casa
charlando con las vecinas.
Cómo cambia la sociedad entera
y los días pasan.
Cómo se escriben poemas
al son de los ilustres mitos
Y cómo sigue habiendo guerras,
fanáticos religiosos,
turbulencias,
ricos, pobres y medio pensionistas,
desastres ecológicos...
mientras los niños retozan
-como siempre-
sin que les atañe los problemas
lo mismo que a los políticos.
© Luvar