Evasiva doncella deseada
por todos, tantos creen tenerte
mas sólo unos pocos tienen la suerte
de poder dormir sobre tu almohada.
No es posible gozar de ti si cada
miedo incrustado en el alma es tan fuerte
que atenaza la razón de la inerte
canción que retumba de madrugada.
Cautivos del fiel vicio disfrazado
de placer, dependencia carcelera.
Presos de nuestros propios sentimientos.
Encadenados a un supuesto estado
de libre albedrío, vieja quimera
amurallada y de firmes cimientos.