Te quiero aún y te vuelvo a recordar
mientras dejo mis huellas en la arena,
frente al viejo y anchuroso mar
cuando al sol a morir condena.
Buscándote amor, mi dicha pasada
van mis pasos recorriendo esta playa,
fija en el horizonte la mirada
donde el día ensangrentado desmaya.
Dónde están tus pies cual piel de encaje,
que correteaban inquietos en faena...
de gracia y belleza tras el oleaje,
recogiendo caracoles en la arena?
Cuando el agua del océano bañaba
ese cuerpo grácil y adorado
el océano de mi amor cobijaba
tu sentir, tu alma, tu cuerpo, tu todo.
Recuerdas que mientras te besaba
y el primer lucero aparecía,
entre las palmas lejanas resonaba
el son de una marimba que moría...?
Cómo de mi brazo alegre paseabas
viviendo en un mundo que hoy se esfuma,
caminando bajo las estrellas
en al arena tibia, en bruñida espuma.
!Cómo te quería, y cómo te quiero,
te pienso y te oigo en la ola que suena
escucho en el viento marinero,
tu risa cual un canto de sirena.
Cómo te quería y cómo te recuerdo
mas, dejo enterrando en el fondo del mar
tu imagen, mis sueños, tu mismo recuerdo
quiero para siempre mi dolor curar...
Hay pañuelos agitándose en el puerto
al postrero recuerdo de los dos,
son gaviotas que en su vuelo a lo ignoto
con sus alas van diciéndome adiós.
Me mira la luna sobre las palmeras
lloroso te digo mar amigo, adiós;
tal vez ya no vuelva a estas riberas
adiós mar inmenso; adiós, adiós...
Bolívar Delgado Arce