Para ser luz, hacerme candil.
Para se candil, esperar la noche.
Para ser voz y ser sentido.
Para ser tramo y ser voluntad.
Para despertar …
Encontrar el vientre del planeta
de donde arrancar más vida
y compartir las mismas miradas,
respirar distintos dialectos,
hermanar cada llanto y cada beso.
Ser laúd, darbuka o yembe
y deslizarte por el desierto eterno.
Sobrevolar pueblos, aldeas, cabillas,
arrullando pieles quemadas por siglos.
Aliento lejanos.
Voces dormidas.
Ser horizonte cálido.
Ser fulgor. Ser vida.
Y avanzar …
desde dentro,
a través de mi alma.
Romper y surgir,
valiente y serena.
AUTORA-Merche Monroy Fernández