Relato.
Una vez allí me dí cuenta de la inmensidad de la tierra, me parecía tan fácil encontrarnos que intenté a base de muchos kilómetros que esa casualidad forzada existiera, pero allí sentada comprendí que por muy pequeño que fuera un lugar no había fijada ni una fecha ni una hora, lo que tan fácil me parecía se convirtió en un imposible, esperé muchas horas que se convirtieron en días de mis tristezas, era un tiempo empleado con la esperanza de mi lado para que aparecieras, pero no fue así... a más me acercaba supongo que tú más te alejabas, es nuestra paradoja que siempre acertaba...
Hubo algún momento que estuvimos a un casi de un todo, lo sé, pero de algún modo algo te empujaba a cambiar tu opinión del todo, también sé que la última vez te fallé, sé a ciencia cierta donde estaba la respuesta en ese amanecer... pero mi cuerpo me traicionó y no pudo ser, agotado por la noche que había pasado buscándote de fiesta en fiesta con las estaban a mi lado hubo un momento que me desplomé, sabía que en poco rato iba a salir el sol y que teníamos una cita tu y yo, pero no pudo ser, ni tiempo ni forma de ir al encuentro, estaba lejos con mucha rabia metida dentro, y pensé que no ibas a aparecer... de hecho se que me hubieras contemplado de lejos como acostumbrabas a hacer, me observarías tras tu espejo y me dejarías inmortalizada para mirarme cuando te acordaras de mi en alguna madrugada, lo sé... creo firmemente que me has observado, que no has tenido lo que hay que tener para acercarte y sentarte a mi lado, en el fondo sabes que te esperé, que siempre me dejaste ir llorando por no poderte conocer...
En cierto modo sigo allí sentada... mi alma se hizo piedra mezclada con sal y arena de aquella playa, debería olvidarse de ti y de tu locura, pero no sabe tampoco ella lo que es pensar con cordura, te sigue esperando y yo te sigo buscando, quizá no tanto como antes porque estoy estudiando para olvidarte, muchos años pesan ya en nuestro arte,sabes muy bien que no habrá quien nos entienda por su parte, que nos rozamos y aunque no quisiera admitirlo en su momento, sí, nos enamoramos...
Me quedan por preguntarte tantas cosas... me quedan por despejar tantas dudas... me quedan sin respuesta tantos por qués... que no se avanzar con lo que me respondes en esa mínima cantidad de palabras que muy de vez en cuando cruzamos... tengo en mi cabeza tu \"haber hecho las cosas de otra manera\" tu \"me estoy enamorando... ah no tengo hambre\" tu \"sin miedo no puede haber valor\" tu comparación con Hitler, y podría estar enumerando muchísimas más tan bonitas y también feas de las que llevo grabadas a fuego en mi corazón...
Creo que aprendí la lección, con tu dureza me has enseñado de verdad lo que es el dolor, la ansiedad, la rabia, la decepción, la esperanza, la ilusión, el desengaño, el valor, la templanza, la paciencia, la locura, la cordura, la tortura, la tristeza con su alegría, la impaciencia, la agonía, las lágrimas, el abandono, los celos, el amor, la constancia, el arte, la ignorancia, el orgullo, la desdicha, el saber que aunque piense que no puedo, sí puedo, la alegría, los nervios... me enseñaste que soy humana y tuve que equivocarme para asi perderte e intentar aprender a olvidarte, pues darte las gracias por enseñarme, antes debía ser un ser inherte porque nunca tuve emociones así provocadas solamente por una persona de la que realmente aprendí a vivir.
Si te tuviera delante me pregunto ¿se pararía el mundo al instante? Quizá no sabría qué decir, de tanto que tengo acumulado no sabría por dónde seguir... ya has visto que mezclo todo lo que hay en mi cabeza, que es tanto tiempo que no sabría preguntarte con certeza, pero tengo claro una cosa... solamente dime qué es lo que sentías por mí, un abrazo fuerte para juntar nuestras almas sin la mente, y después... podríamos seguir.