Y se encuentra callada,
dormitando
en un tiempo sin reloj ni calendario.
Compás de incertidumbre
descolgándose del subconsciente,
donde los secretos y dilemas
se amontonan sin orden,
expandiéndose
como líquenes que la oscuridad alimenta.
Quieto, sereno y confiado,
el temor descansa tras múltiples caretas
que inventa mientras las mentiras
lo aquietan.