Puedo morir cada madrugada…
O caminar
noctámbulo por las guindolas
que cuelgan
como guirnaldas de colores
de las manos
de la rutina que invade
el compromiso no cumplido…
Puedo morir cada madrugada…
O renacer como el Ave
Fénix
en cada una de tus caricias.
Puedo morir cada madrugada…