Con la panza repleta de alimento,
una dosis letal de paludismo
va Anofeles llevando en su mutismo
una carga en sus glándulas contento.
Va volando pesado y macilento,
está al borde su panza al cataclismo,
en su vuelo va rumbo hacia el abismo
de más sangre, otra vez está sediento.
Y se posa en la piel de otro paciente,
a clavarle su trompa se dispone
con aquella su carga el inocente,
mientras chupa la sangre él ejecuta
aquel cambio que en breve se propone:
alimento por muerte el hp.