La tinta va derramando en el lienzo las pisadas,
cansadas, lentas ya torpes, de una pluma enamorada.
De una pluma que soñaba, con azules horizontes,
que le cantaba a la vida, a los ríos, a los montes.
Que en noches de soledad, lloraba con añoranza,
sonreía al amanecer y se vestía de esperanza.
Ponía música al viento, las nubes hacía llorar,
coloreando tormentas los rayos hacía temblar.
Escribió sobre caminos y zapatos polvorientos,
cristales rotos de un libro y sobre viejos maestros.
Al corazón cuando duele de dar amor a raudales,
que no espera solo quiere, que rebosen sus caudales.
A las gentes, a su pueblo, aquel amor de la infancia,
anécdotas también deja, algunas tienen su gracia.
La tinta ya se derrama..y deja gotas que lloran,
la pluma busca un descanso, se va en busca de las olas.
Dolores Egea ( Lolaila)