Después de que alguien te enseñó que la vida era de una manera, te das cuenta que no es así. Es justamente diferente a como te la mostraron, a como te hicieron creer. Hay personas que cuando llega la primera persona especial es tal cual un cuento de hadas, es como que solo esa persona existiera para nosotros, nada mas importa solo y absolutamente ella, porque la conviertes en un tipo de religión , que todo lo que ella dice esta bien, todo lo que ella piensa es cierto. Pero llega ese día en el que esa persona no está, se va y nos deja solos, provocando en nosotros esa clase de angustia que es difícil de controlar, y hasta de entender. Les cuento, cuando a mi esa persona me dejó sentí que mi vida ya no era vida, ni siquiera tenía control sobre mi cuerpo, ya nada para mi era importante, yo ya no tenía sentido en este mundo, sentí que valia menos de lo que vale una funda de basura, sentí que ese pequeño mundo que él había obtenido se derrumbó, ya no había nada ni nadie, ni siquiera existía él a mi lado. Esa persona me tenía en el cielo como una muñequita que solo era para él y eso a mi me gustaba, me gustaba solo ser de él y para él, hasta que llegó ese día y caí de ese lugar y él no estuvo para atraparme, ya no estuvo él para consolarme ni darme besos, caí y me golpee muy pero muy fuerte, pero no fue eso tipo de golpe que te das en la rodilla que al otro día se te pasa al contrario, ese golpe fue en el merito corazón ahí donde nadie ni nada puede sacarlo, ese golpe dolió mucho tiempo, permaneció en mí, como si me hubiera aferrado a el, se hizo para mi una rutina, ese dolor lo llevé en mi todos y cada uno de los días q él me hizo falta, cada uno de los días en los que yo gritaba su nombre, cada uno de esos días en que quería verlo, cada uno de esos días que necesitaba de sus besos, y también me hizo mucha falta todas las noches absolutamente todas. Al principio me quejaba y le reclamaba todo aunque él nunca lo supiera, no podía entender por qué esa persona que me dio tanto amor podía hacer que yo estuviera sufriendo de esa manera, le reclame cada una de mis lágrimas cuando estaba sola en mi habitación e incluso cuando andaba sola por la calle, soñaba que él en esos momentos me tomará de la mano y me dijera \"amor aquí estoy \" , pero nada de eso pasó, después de que él se fue nada ha sido como antes, nada ni siquiera yo, de aquella chica ya no queda nada. Ahora sé claramente que las promesas se las lleva el viento la mayoría de veces, que los siempre no existen solo es una palabra que no nos damos cuesta que cuando la utilizamos causamos mucho daño a quien se la decimos, esa maldita palabra que en el amor no tiene sentido, ese maldito siempre que jamás ha existido ni podrá existir ya en mi vocabulario. Simplemente queda disfrutar al máximo y sentir el presente hasta con la piel, porque los momentos y las personas igual que la vida durarán lo que tengan que durar.