¿Cómo no amarte, mujer?
si en la brisa de tus ojos
encuentro la nostalgia
de tus besos que regaron
a los míos candorosos.
¡Ven a mí, amada mía!
que soy capaz de regalarte
todo ese amor que tú,
en el mar de tu boca soñaste.
Déjame adularte y,
bajo el balcón de tus pestañas
sentirme cobijado
por este amor alado.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta - Argentina
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