Las Rejas del Olvido
Barrotes de acero,
que entorpece mi libertad,
cuando estoy donde no quiero estar,
y la temperatura de mi cuerpo vá de cien a cero,
es el tiempo que dicta,
es ese acero recio y tosco,
que no me deja en horro,
y es un terror, que no delibera cambio,
las rejas del olvido, quedan por siempre,
a lo ermitaño,
en lo prohibido de mis manos abiertas,
y tan tacaño,
me voy dejando caer, entre las rejas del olvido….