Cuando me haya muerto
Voy a pedirle a Dios que te permita seguir viviendo
después que yo me haya muerto,
para que sigas viendo las cosas que no vi,
para que sigas oyendo las voces que no escuché,
para que sigas pronunciando las palabras que no pronuncié.
Cuando no vea más la luz,
esa luz la pido para tus ojos.
Quisiera que todos tus sentidos
te pudieran acompañar mientras vivas,
que puedas sentir ternura
aunque sea de otras manos amadas,
que mi sombra no te alcance
y que ames toda tu vida…
Quisiera de ese tiempo que no viviré a tu lado
que Dios, en los otoños que aún te queden,
te permita respirar los suaves vientos,
caminar junto a las hojas caídas,
y que la llovizna de mayo
no haga tan difícil la tristeza
de separarte de nuestros hijos
cuando sea la hora… y te vengas a mi lado.